“Una vez establecido el papel moneda es difícil suprimirlo cuando es el Estado el que lo emite porque suprimirlo es deshacerse del poder de levantar empréstitos ilimitados y sordos; es abdicar el poder omnímodo de disponer de la fortuna de todo el mundo.Y como sólo el Estado puede obligar al Estado a dejar ese poder, su abdicación es un milagro de abnegación sobrenatural. No hay más que una esperanza de que el papel moneda de Estado una vez establecido y convertido en hábito, desaparezca, y es la de que arruine y entierre al gobierno que lo ha creado, por su propia virtud de empobrecimiento y de ruina. Entonces se verá producirse este fenómeno, que no es sino muy concebible y natural: que el gobierno que necesitó crear el papel moneda para existir, tendrá que suprimirlo para conservar su existencia.”
Juan Bautista Alberdi, Estudios Económicos
Esta obra de Emilio Ocampo y Nicolás Cachanosky no puede ser más oportuna y necesaria al efecto de marcar un paso inmenso en dirección a la eliminación de las manipulaciones dinerarias del aparato estatal para abrogar el curso forzoso y finalmente eliminar todo vestigio de la llamada autoridad monetaria que en cualquier dirección que proceda -al expandir, contraer o dejar igual la base monetaria- distorsiona los precios relativos lo cual, a su vez, consume capital y, consiguientemente, contrae salarios e ingresos en términos reales. Es de esperar que se preste debida atención a las recomendaciones de esta muy valiosa y bien documentada investigación.
Alberto Benegas Lynch (h) - Academia Nacional de Ciencias Económicas (Buenos Aires)
Roberto H. Cachanosky - ESEADE (Buenos Aires)
Guillermo Calvo - Universidad de Columbia (Nueva York)
Ricardo López Murphy - Diputado Nacional (Republicanos Unidos).
Roque B. Fernández - Universidad del CEMA (Buenos Aires)